Hace unos días llegaba a Netflix “Safe”, un nuevo drama escrito por Danny Brocklehurst, rodado en Manchester y con un reparto encabezado por Michael C. Hall.
La esposa de Tom (Michael C. Hall) murió hace un año y él quedó a cargo de sus dos hijas Jenny Delaney (Amy James-Kelly) y Carrie Delaney (Isabelle Allen). Viven rodeados de amigos en un hermoso barrio cerrado, y está tratando de rehacer su vida con otra pareja Sophie Mason (Amanda Abbington). Hasta que de repente desaparece su hija mayor, Jenny, en circunstancias sospechosas y se da cuenta de que no conoce realmente a las personas que lo rodean. El lugar que creía su hogar y las personas que creía cercanas ocultan muchos secretos.
El ritmo y la historia presentada en el piloto ya capta nuestra atención durante los más de cuarenta minutos de duración. Un ritmo que no decae a lo largo de los 8 capítulos de los que consta la primera (y previsiblemente) única temporada.
Todos tiene un secreto, el primero Tom, por un suceso ocurrido la noche en que muere su mujer y del que se siente culpable. La tranquilidad de la comunidad se verá amenazada, poco a poco se va desgranando todo. Historias sobre padres e hijos, amistades, parejas y amantes. Porque nada es lo que parece.
Una de las bazas de la serie es la química entre dos de los protagonistas, Pete Mayfield (Mark Warren) y Tom (Michael C. Hall), ambos compañeros de trabajo en el hospital, y que realizarán gran parte de la investigación, junto al agente de policía Sophie Mason.
Con giro final, que quizá alguno ya intuya que pueda ocurrir, la serie hace un uso curioso de la tecnología, en varias ocasiones, incluyendo la aparición de «Facebook».
Nota: 8,5