Un periodista radiofónico, Frank Bonneville (Eric Bana) y su técnico, Ian Finch (Ricky Gervais), se inventan noticias, haciendo creer a la audiencia que emiten desde Ecuador, cuando realmente se encuentran en Manhattan. La cosa se complica cuando fingen su secuestro durante una revuelta en dicho país, que es lo que han ido a cubrir. La noticia del secuestro alcanza tal magnitud que se ven obligados a visitar de verdad el país sudamericano, y partir de ahí todo se desmadra.
Escrita, dirigida y protagonizada por Ricky Gervais, ahí es nada, intenta mostrarnos en este remake de la película francesa “Envoyés très spéciaux” de forma inteligente, y en tono comedia la manipulación que se puede llevar a cabo en los medios de comunicación, que te muestran lo que quieren y cuándo quieren. A lo largo del filme, los protagonistas comprobarán como compañeros de otros medios de comunicación, exageran y fingen algunas situaciones, como es el caso del reportero Benjamin Bratt (John Baker). En el caso de los protagonistas, se ven “obligados” a comenzar dicha mentira, tras un descuido con uno de los sobres que llevaban en su interior los pasaportes, billetes y dinero para el viaje a Ecuador. En su plan, cuentan con la ayuda de Brigida (America Ferrera) y Domingo (Raúl Castillo), que viven encima del restaurante en el que trabajan, y enfrente justo de la emisora de radio. Además, ambos confiesan que llegan tarde al trabajo en varias ocasiones. Curiosa manera la que tiene Gervais de mostrarnos a una parte de la sociedad, receptores de dichas manipulaciones en los medios de comunicación, y como se diría, siendo felices en la ignorancia.
Y para “listos”, lista en este caso, está la mujer de Finch, que rentabilizará económicamente todo el suceso. Lo que hará que nuestro protagonista comience a darse cuenta de con qué clase de persona compartía hasta ese momento su vida, y de las que debe incluir en ella a partir de ahora. Poco más que añadir a un filme que en sus casi 100 minutos comienza a despegar en los últimos 40, cuando la historia se convierte en lo que ya conocemos como la fábula del pastor mentiroso y el lobo.
Con un correcto Eric Bana, que interpreta a la estrella mediática de la emisora, y que ninguna de sus historias nos producirá ninguna carcajada, al igual que el filme completo. Ante a la pregunta de si Gervais debe continuar con proyectos propios… quizás sí, pero para un público más amplio, y no como esta apuesta.
Nota: 6,5
Estreno en Netflix el 29 de abril.