Regresa «Underworld», saga llena de vampiros y licántropos estrenada en 2003, y ahora llega con la quinta entrega, secuela de la cuarta. Dirige Anna Foerster, reconocida en el mundo televiso por dirigir varias series, como «Outlander».
Es posible aventurarse a verla sin saber nada sobre la saga, en los primeros segundos hay un buen resumen con escenas aceleradas. Aunque obviamente esto va dirigido para fans de la saga, y seguidores de todo el mundo ficticio donde habiten vampiros por ejemplo, y con escenas gore en todo momento.
En esta ocasión, la vampira Selene (Kate Beckinsale) deberá defenderse de ataques de los dos clanes, el de los «Lycans» y el de los vampiros que la traicionaron, y que querían su muerte, como Semira (Lara Pulver). Como aliados contará únicamente con David (Theo James) y Thomas, padre de este, (Charles Dance). Será ella la encargada de detener esta eterna guerra, aunque para ello signifique tener que hacer un último sacrificio.
No tiene sentido centrarse mucho en el guion, porque no es lo más destacable de esta franquicia. Si queréis escenas de acción, tiros, combates cuerpo a cuerpo y con espada, disfrutad durante los 91 minutos de largometraje. Por lo tanto, mejor obviar los giros “inesperados” en la historia, o la interpretación de alguno de los protagonistas. Eso sí, el protagonismo recae una vez más en Kate Beckinsale, entre tanto salto que desafían las leyes de la gravedad, y su aspecto físico, uno puede creerse que ni ha participado en esta película y ha sido generada por CGI, es decir, los efectos especiales de posproducción, los años no han pasado por ella, y viendo el resultado en la gran pantalla, espero que así sea por muchos más.
En definitiva, entretenimiento palomitero al que parece aún le queda, al menos dejan abierta esa posibilidad. Y calculadora en mano no es tan descabellado, de los 35 millones de dólares de presupuesto han recaudado más de 61 en todo el mundo.
Nota: 6,5
«Underworld: Guerras de sangre» (Underworld: Blood Wars) se estrena el 13 de enero de 2017.